4 limpieza y Testimonio de Francesc

Hola de nuevo Carlos y resto de colegas,

Este último fin de semana he realizado mi 4ª limpieza hepática. Seguidamente te (os) cuento de forma detallada cómo me fue, pues de ella he extraído algunas experiencias que considero que pueden ser interesantes, tanto para tí como para el resto de seguidores del blog.

Para empezar diré que llevé a cabo esta LH de acuerdo con el nuevo método que nos propusiste, esto es, siguiendo el protocolo de Moritz (primero con la ingesta de zumo de manzana durante un semana y después con la ingesta de las sales de Epsom la noche del sábado y la mañana del domingo), con la variante de Frank Roberts adaptada por tí (es decir, ingerir unos 250 c.c. de aceite la noche del sábado, en tres tomas de unos 80 c.c. aprox. cada una, espaciadas cada 15-20 minutos, con la ayuda de 1-2 cucharadas de zumo de limón al final de ellas).

Para ello la noche del sábado preparé una pequeña bandeja con cuatro vasos, que dejé al lado de la mesilla de noche: tres con las dosis de aceite (de unas 8 cucharadas cada uno, aprox.), más un cuarto lleno más o menos la mitad con zumo de limón (10 cucharadas, o lo que es lo mismo, unos 100 c.c. aprox.). Al ver la imagen de los tres vasos de aceite pensé que ingerir toda aquella cantidad representaría un enorme esfuerzo para mí. La verdad es que no fue exactamente así. Ingerí el primer vaso de aceite a cucharadas, una detrás de otra, seguida de una cucharada de zumo de limón para eliminar el gusto del aceite.

Me metí en la cama y dejé pasar los 15-20 minutos de rigor. Tras ellos ingerí el segundo vaso, que tomé sin grandes dificultades, aunque ya empezaba a asomar la cabeza la sensación de empacho, tras lo cual tomé un par más de cucharadas de zumo de limon. Dejé pasar otros 20 minutos, después de lo cual me tomé el tercer y último vaso de aceite, seguido de dos cucharadas más de zumo de limón.
Creí que no podría con él, pero para mi sorpresa me lo acabé "puliendo" todo, no sin antes sentir ya una clara sensación de empacho. Quizás podría haber ingerido algo más (como le sucedió al marido de Cande), pero me dije a mí mismo que un 1/4 litro de aceite era una cantidad suficiente y más que respetable.

¡Ah! En este punto os explico dos pequeños trucos para hacer la ingesta del "chute" de aceite más llevadera (al menos en mi caso me fueron útiles y espero que también lo sean para vosotros): el primero consiste en tomar el aceite a cucharadas, para dosificar su ingestión poco a poco, y el segundo en humeceder ligeramente la cuchara con el zumo de limón cada 2-3 cucharadas de aceite, a partir de la segunda toma y en particular en la última toma, donde el "efecto empacho" se hace más evidente. En este caso el zumo del limón contrarresta la fuerte acción de la tensión superficial del aceite, con lo cual éste se ingiere con mayor facilidad (esto es un fenómeno físico propio de los fluidos... ;-).
Aún y así, me sobró casi la mitad del zumo de limón que preparé. Después de todo ello me puse a dormir.

Antes quisiera aclarar un tema -y que en mi caso no he resuelto satisfactoriamente- que es que yo tardo más de dos horas en expulsar la diarrea de las sales y los restos de la lavativa, por lo que me es muy difícil ingerir el aceite y no tener que levantarme a evacuar. Este última limpieza no fue una excepción: me levanté dos veces para ello, la primera después de la segunda toma del aceite y la segunda al cabo de un rato de haber ingerido todo el aceite. Soy consciente que esto no es lo correcto, pues hay riesgo de que el aceite no se asiente bien y provoque náuseas y vómitos. Por suerte no fue mi caso. En ambos casos efectué estas evacuaciones sin realizar movimientos bruscos.

Después de mi segunda evacuación pensé que pasaría una "noche de perros". No fue así. Pude conciliar el sueño y dormir muy bien cerca de cuatro horas, tras la cuales me desperté y a partir de entonces sí que tuve un sueño más ligero.

Por la mañana me levanté para beber las dos tomas de sales de rigor, en las cuales el "efecto memoria" se me hizo muy patente. Las dos me revolvieron mucho el estómago, pero pude calmar la sensación de náusea con el truco explicado por Carlos de beber unos sorbitos de zumo de manzana tras ellos. No obstante esto no fue suficiente, pues al cabo de una hora vomité por dos veces una parte del aceite, después de beber cada uno de los vasos de sales. Esto resultó bastante desagradable, la verdad.

Luego hice numerosas deposiciones a lo largo de la mañana. Tenía esperanzas esta vez de evacuar toda una cantera de cálculos, después de que mis tres primeras limpiezas resultaran infructuosas. No fue propiamente una cantera, sino una "canterita", como se puede observar en la primera foto que te (os) envío. No expulsé grandes piedras, sino bastantes cálculos de pequeño tamaño, entre perdigón y guisante pequeño (lo cual me hace ya dudar si tengo o no grandes cálculos en el hígado ...).
Luego de aplicarme dos lavativas logré expulsar otros restos, de mayor tamaño esta vez, como los de la segunda foto, aunque de color mucho más verde por no estar oxidados por el aire (una media docena del tamaño de un garbanzo y una veintena del tamaño de un guisante, que no aparecen todos en la foto porque no usé el colador y no los rescaté todos). Con ello confirmo lo que tú y Cande habéis expuesto en el blog: que con este nuevo método se expulsan muchos más cálculos, muchos de ellos de un color verde intenso, y que se extraen mayoritariarmente tras aplicarse las lavativas.

Por consiguiente, "a priori" parece que este nuevo método es bastante más eficaz (y también más agresivo, todo hay que decirlo) que el convencional, según el protocolo de Moritz, aunque éste es un extremo que deberemos confirmar entre todos con muchos más testimonios. Creo que la mayor eficacia de esta variante del método se debe a tres causas:

1ª) Se ingiere mucha más cantidad de aceite (el doble, para ser exactos).

2ª) Se ingiere aceite puro, sin disolver prácticamente por medio de un cítrico (a excepción del efecto parcial del zumo de limón, tomado aparte).

3ª) El aceite se ingiere en sucesivas "oleadas", separadas en el tiempo (no de golpe, en una única ingesta).

Una sensación muy desagradable, a destacar, que experimenté el domingo tras la serie de evacuaciones fue una fuerte irritación en el ano, que se me fue acentuando a lo largo de la mañana y que me duró la mayor parte del día. Supongo que debido a la inflamación por las sales y, sobre todo, al ácido del zumo de limón, que presumiblemente tuvo mucho que ver con ello. Pude aliviar el escozor causado en cada evacuación con una serie de enjuagues con agua fría en el bidet. Por este motivo estoy considerando emplear zumo de pomelo, en lugar de zumo de limón, en mis próximas limpiezas, con el fin de evitar esta fuerte irritación. No sé si esto habrá ocurrido a alguno más de vosotros. Además de ello también me encontré muy fatigado durane todo el día y con la irritación abdominal habitual en estas circunstancias.

Otro aspecto que también quiero destacar es que en la primera foto aparecen asimismo cálculos de un color verde más fuerte, los cuales expulsé en una de de mis últimas evacuaciones, acompañados igualmente de un fluido de color verde intenso, muy distinto del color verde-marrón de las evacuaciones habituales. Este hecho, unido a la evacuación posterior de los cálculos de mayor tamaño mediante lavativas, me permite elaborar una teoría para explicar los "misteriosos cálculos de color verde intenso" que se generan con este nuevo método. La teoría es la siguiente: una buena parte de la cantidad de aceite ingerida realiza la función de limpieza de cálculos, propiamente dicha, de una zona limitada del hígado, presumiblemente la más próxima a donde los conductos biliares se unen con el intestino delgado.
El aceite realiza su función limpiadora de cálculos hasta cierta cantidad, por encima de la cual se produce un fenómeno de saturación, en que no se limpia ya más el hígado, sino que en su lugar se generan cálculos de bilis coagulada de nueva creación, generados en la misma noche de la limpieza, como esfuerzo adicional del hígado para hacer frente a la digestión del aceite sobrante. Es una hipótesis, naturalmente, pero me parece muy verosímil (y no es porque la haya dicho yo ... :-))

Si esto es así, ¿cuál sería la cantidad límite de aceite que opera de manera funcional, es decir, que realiza plenamente su función de limpieza, sin saturar al hígado? No lo sé. Pero yo creo que si reducimos un tercio la cantidad de aceite ingerida (por poner una cantidad tentativa), probablemente lleguemos a una cantidad óptima entre eficacia de la limpieza y no saturación del hígado. Creo que podríamos quedarnos, por ejemplo, en una cantidad entorno a los 150-180 c.c. Es otra hipótesis a investigar. Siendo así (y siguiendo con las pruebas empíricas de nuestro particular laboratorio de I+D), se podría plantear una variante del nuevo método con la ingesta de zumo de aceite en tres tomas de 50-60 c.c. cada una de ellas (es decir, en tres vasos con 5-6 cucharadas de aceite cada uno).

Desde luego es una propuesta que me parece que tiene sentido, para no forzar aún más, y de forma inútil, el cuerpo la noche de la limpieza. Me parece que voy a probar esta variante en mi siguiente limpieza, utilizando también zumo de pomelo, en lugar de zumo de limón, para no irritar tanto los intestinos y el ano, como ya he dicho antes. Espero que alguno más se anime y permita contrastar los resultados obtenidos. Al final, como dicen los anglosajones, esto será un "learning by doing", esto es, un aprendizaje a través de la práctica.

Bueno este mensaje me ha salido muy largo, pero pienso que ha valido la pena. Creo que, en cualquier caso, y se siga la variante del método que se siga, lo que necesitamos entre todos es obtener muchos más testimonios de experiencias personales que nos permitan confirmar su eficacia a gran escala y de forma generalizada. ¡¡¡Mucha suerte y salud para todos/as!!!

Saludos.

Francesc

Ok, Francesc! También puedes romper la tensión del aceite (no sabía nada de tal) batiendo el aceite con zumo de limón! Tal y como hacíamos con el pomelo! ¿la cantidad de limon? Pues aproximadamente dos o tres cucharadas, no lo sé bien pues aún no lo he probado, pero calculo que es suficiente. Yo cuando me tomo una cucharada de aceite en ayunas (cosa que te recomiendo que hagas ocasionalmente) le echo unas gotas de limón y se pasa mucho mejor, por esa ley física que mencionas. Se nota mucho!
Por tanto, quizá merezca la pena diluir el limón en el aceite. Incluso mezclar en un vaso aceite+limón, en otro vaso aceite+pomelo y en otro aceite mas+mandarina o aceite+naranja... puede ayudar a pasarlos mejor! Es cuestión de ensayar. Así es esto, una prueba constante para mejorar la eficacia del método (ya muy eficaz)

En cuanto a la evacuación tardía que mencionas, proveniente de las primeras sales y de las lavativas, te diré que creo que es un error hacer estas lavativas una hora antes a la ingesta de las sales como menciona el libro de Moritz. Era así el tratamiento cuando lo conocí, pero yo suelo aplicarme las lavativas tras la pimera ingesta de sales, y lo mejor es hacerlo incluso antes, para que el tracto intestinal esté vacío cuando éstas empiecen a hacer su efecto. Esto favorece el peristaltismo y la evacuación de los tramos altos del intestino -mediante el efecto de las sales de magansio- a los sitios del mismo donde no llegan (por supuesto) las lavativas. Quizá así corrijas los horarios de evacuación para que no se solapen con el descanso post-íngesta oleosa.
Como dices, es muy importante no moverse con el aceite en el estómago o nos arriesgamos a vomitarlo por las náuseas que provoca. El limón lo asienta de todas formas, pero hay que ayudar a pasarlo hacia abajo con una postura cómoda y relajada, sin movimientos de ningún tipo, semiincorporados, excepto si hay piedras en la vesícula en que pueden estar un poco menos incorporados (lo que aguanten) para que la vesícula se vacíe mejor al quedar boca abajo.

Pasaste mejor noche, porque vas recuperando capacidad digestiva y eres capaz de "comerte" mejor el aceite, es decir, de digerirlo. Si te ayudas con un pequeño madrugón la mañana previa del sábado tendrás sueño acumulado para descansar mas a fondo esa mala noche. Con el tiempo son mejores.

Las sales matinales son muy duras de tomar. Yo las tomo mezclándolas con zumo y templándolas (en invierno) con auga caliente para que no estén frías. Aún así, hay quien las prefiere frías. Puedes sustituirlas por dos vasos de carbonato de magnesio que no tiene sabor practicamente (como hace Jorge). De hecho puedes sustituir los cuatro vasos de agua con sales de Epson (sulfato de magnesio) por cuatro de carbonato de magnesio. El sabor de éste es muy soportable, casi inexistente. ¿Entonces por qué no lo usamos? Porque no tiene tanta eficacia.
Ahora bien, si en vez de 4 cucharadas en 3 vasos de agua, echamos 6 cucharadas de carbonato, quizá tengamos algún parecido en cuanto al efecto de las sales de epson en las evacuaciones. Desde luego echando 4 cucharadas no es suficiente, sino que hay que echar mas carbonato. Yo recomiendo 6 en una jarra con 3 vasos de agua, de los que obtendremos 4 vasos llenos en sus 3/4 partes. Tomaremos 2 el sabado y 2 el domingo como ya sabéis.
Es cuestión de probar y elegir. Hay gente que le va mejor el carbonato, pero depende de la resistencia a las sales que tenga cada uno.

El escozor en el perineo o entorno del ano no es por el zumo de limón sino por la acidez de las evacuaciones. Es una diarrea ácida debido a los restos desalojados del intestino, y debes lavar siempre la zona durante el día de la expulsión con agua fría en el bidet para que no se produzca la irritación del mismo. Después hay que secarse con una toallita de bidet seca, y personal. Así hasta que paren las evacuaciones agüadas repetidas. Es mejor no usar papel por tanto para limpiarse, sino hacerlo con agua y jabón.
El limón, aunque su zumo es un ácido, en el cuerpo tiene una reacción alcalina (al llegar al estómago) y no provoca acidez en abosoluto sino al revés. Además es poca cantidad de limón. Para cuando lllega al colon está mas que metabolizado. Lo que produce la irritación son las sustancias presentes en el intestino que se ven desalojadas rápidamente sin ser convenientemente neutralizadas por la bilis y actividad bacteriana. Al salir y quedar resecas en el ano ()por usar papel y no lavarlas), escuecen y pican, llegando a agrietarlo. Suecede en cualquier diarrea que padezcamos.

La hipótesis de saturación del hígado que planteas es una hipotesis que habría que comprobar. Es muy probable que el higado y la vesícula suelten bilis que esa misma noche se coagula en forma de cálculos. Pero lo cierto es que con esa bilis salen todos los productos excrementicios del higado, presentes en sus mismos jugos (bilis) con lo cual efectivamente realizamos un lavado del mismo. Tambien lavamos la vesícula, pero ¿es lo que nos interesa, no?
En cuanto a la saturación del mismo, yo creo que ésta tiene que ver con la capacidad de crear mas o menos bilis para hacer frente al aceite ingerido. Si el hígado está muy limpio, fabrica mucha bilis, y si está colapsado fabrica poca y, por tanto, lo pasamos peor esa noche. Por eso, nuestras noches son cada vez mejores , pues tenemos con cada LH mas fuerza digestiva para hacer frente al aceite. Y echamos mas cálculos verdes claros por esa misma razón (aunque se oxidan si tardamos en hacer la foto) por la mayor presencia de bilis en nuestros conductos y vesícula. Hasta ahi mi experiencia, pues yo esperaba que pararan de salir las piedras ¡y cada vez salían mas!! Esto no está descrito por Moritz, pues él da a entender que un día paran de salir, pero mi expriencia me muestra lo contario: me salen salen más! Ya lo hemos visto. A ver como os sucede a vosotros.
Sin embargo, lo que no sale cuando llevamos bastantes limpiezas son calculos duros, oscuros, arenilla o barro biliar. Es porque estos productos calcificados han salido ya en las primeras limpiezas. La eficacia del método se alcanza cuando se consigue su expulsión! Por eso cuando salen calculos muy verdes, y en gran cantidad, despues de 5-6 limpiezas, probablemtne tenemos ya limpio el hígado, y no se requiere seguir insistiendo en ellas.
Eso sí, puede repetirse la LH cada seis meses o cada año para mantener desalojados los productos tóxicos que acumula el señor Ministro de la salud: el hígado!

Cada uno debe calcular la cantidad optima de aceite a ingerir, la cual creo que estará en relación con su capacidad digestiva. Se puede empezar por 125cc (medio vaso) y una vez que se tome bien aumentarlo hasta un vaso (de 250 cc) por lo menos, pero depende de cuestiones de sensibilidad individual. Es a elección propia.
Otra cosa son los que tienen piedras en la vesícula. A estos les conviene "forzar" un poco la maquinaria de expulsión o se arriesgan a no echar suficientes residuos. Por eso Roberts insiste en que TOMEN MEDIO LITRO COMO SEA, INCLUSO A PESAR DE ESTAR VOMITÁNDOLO. Yo creo que al menos un vaso (un curato de litro) tienen que tomarlo. Les costará porque no tienen capacidad digetiva suficente (si tienen piedras en la vesicula, muchas más tienen en el higado)
No tienen sitio en la vesícula para alojar bilis y no pueden digerir bien el aceite, es normal, y lo pasan fatal esa noche, pero con cada una fabricarán mas y mas bilis, hasta que desalojen la mayor parte de la vesicula y limpien también la mayor parte del higado. Así crearán mas bilis y tendrán mas sitio tambien para guardarla.
En una limpieza cualquiera conseguirán arrastrar las piedras duras y grandes que no salen fácilmente. Además por el hecho de tener mas bilis en la vesícula, ésta actuará sobre las piedras duras y las irá "comiendo" con el tiempo y disolviendolas, hasta que salgan en cualquier ocasión. Lo importante es lavar el higado y aumentar su fabricacion de bilis, y al mismo tiempo, limpiar la vesicula (de calculos verdes de bilis coagulada) y dejar solo los duros en ella. Estos saldrán con el tiempo y la bilis.
Se requiere paciencia, pero las mejorías se percibirán a todos los niveles, como la gente que tiene paciencia testimonia en el blog. Eso sí, el que no tenga paciencia y se opere, se quedará con un estado digestivo proporcional a lo limpio que tenga el higado, y en todo caso, tendrá una digestión 10 veces peor que los que tienen la vesícula limpia. ¿Por qué?
Por que la bilis se concentra hasta 10 veces en la vesícula, por lo que un gramo de ella es diez veces mas potente que la que sale recien fabricada del higado. Por eso, sólo los que tienen una vesícula limpia digieren bien.

Cierto que estamos aprendiendo sobre la marcha! Un día caminamos ciegos, pero la ayuda de Moritz nos abrió los ojos. Ahora estamos estudiando el mapa del territorio de la LH y estamos conociendo más del mismo, y sobre todo lo estamos mostrándoselo a los demás para que se atrevan (o no) a pisar un camino incierto: el de su propia responsabilidad en cuanto a la salud. Los enfermos que no encuentran soluciones en el sistema, tienen que bucear fuera o rendirse al dolor. No hay otra.
Aquí estamos los que una vez dedicimos explorar territorios nuevos, para avanzar y compartir hacia los demás estas soluciones posibles. El blog muestra con vuestros testimonios que es posible curarse, limpiar el higado y la vesícula.
Y pronto subiré un testimonio con ecografías de una vesícula limpiada con la limpieza, por lo que os pido que si habéis limpiado la vesicula y tenéis fotos de las ecografías me las mandéis, para testimonio de los demás practicantes de la LHyV.
Gracias Francesc y espero que te mejores mucho mas! Un saludo a todos, os iré contestando poco a poco!
Carlos