«Lo que la enfermería ha de realizar es colocar al paciente en las mejores condiciones para que la naturaleza actúe sobre él.»
Florence Nightingale.
No debemos olvidar
nunca que la máxima más importante de la salud ya la concibió Hipócrates cuando
dijo que “lo primero es no hacer mas daño”
(Primun non nocere). Sin embargo, no
hay fármaco que no haga daño. Nuestra
opinión es que ellos no le darán nunca la salud, sino tan sólo una mejoría momentánea
en los síntomas. Mientras tanto, la enfermedad evolucionará en el tiempo, e irá
cambiando de un nombre a otro, y con pronóstico más sombrío cada vez. Esto se sabe hace ya mucho tiempo, pero no lo comprenden aún los doctos académicos....
Lo mejores es que comprenda todo lo que pueda al respecto de lo
que aquí se expone, y luego actúe en función de ello, con sentido común. Así podrá
asumir ciertas responsabilidades en materia de salud, personal y familiar que
antes hubiera delegado en otros. Los cuidados frente a los estadíos
febriles que aquí le ofrecemos, le permitirán comprobar que es siempre el cuerpo el que se cura a sí
mismo. Pero sólo consigue esto cuando le ponemos a trabajar a favor de su
propia fuerza curativa, la vix medicatrix naturae que decía Hipócrates o
fuerza curativa de la naturaleza. Este
es un concepto clásico en naturismo, el cual citaba a menudo también la gran Florence Nigthingale*, y no sólo ella
sino todos los mentores de la salud por la naturaleza porque “la naturaleza es la que cura”. Sin embargo, siéntase libre el lector de utilizar los fármacos que, junto con su médico, considere convenientes para su propia salud o la de sus hijos. Sea siempre responsable en todo lo que haga con su salud o la de los suyos.
LOS FÁRMACOS ANTIPIRÉTICOS Y SUS
PELIGROS
La actividad
antipirética del ácido acetilsalicílico (Aspirina®) es prácticamente igual a la
del paracetamol (Apiretal®, Termalgin®, Efferalgan®, Febrectal®…etc), ambos
administrados por vía oral, si bien el segundo es preferible por los médicos
dado que no produce efectos adversos sobre las plaquetas, ni sobre el aparato
digestivo.
El uso de ácido
acetilsalicílio (Aspirina Infantil®) en niños con sintomatología gripal o
con varicela, está contraindicado porque
ha producido numerosas muertes ya. Su utilización en niños febriles puede
provocar, en ciertos casos, el gravísimo Síndrome
de Reye, que es una encefalopatía aguda y fatal, por lo que ha sido
desaconsejada en niños y adolescentes desde el año 1982.
Somos de la opinión de
que esto no ha sido suficientemente publicitado entre la población, con el fin
de no alarmarla frente a la aspirina, lo cual podría afectar a los grandes intereses
farmacéuticos que erigieron su poder y prestigio
a partir del desarrollo de la misma. Por eso, actualmente, la Aspirina Infantil®
sólo se vende con receta médica, que por supuesto ningún médico recetará para la fiebre.
No hemos visto nunca a la
prensa "oficial" hacerse eco del riesgo al que durante muchos años estuvieron
sometidos al respecto todos los niños, mientras la sanidad fomentaba alegremente el consumo
de aspirina infantil. Ni tampoco creemos han alertado del riesgo que corren actualmente si por
casualidad llegan a tomar ácido acetilsalicílico (Aspirina®) en caso de fiebre.
Por cierto que en algunos países de Sudamérica la venta de
Aspirina Infantil aún es libre, incluso en los quioscos (!). Todo ello nos permite
ver a las claras donde está la ética del fabricante, siempre rayando con los
límites que impone la legislación de cada país, en vez de con la moral.
Por otra parte, podemos
decir que también el uso del paracetamol de un
modo constante y habitual, puede generar numerosos problemas insospechables,
dado que 10 gr del mismo (10 comprimidos de 1 gramo cada uno), tomados
conjuntamente, son suficientes para
producir un fallo hepático en personas adultas que obligue a un trasplante. Esto es
debido a que el paracetamol es hepatotóxico, y además tiene un margen
terapéutico muy ajustado, con lo cual la dosis y la sobredosis son muy
próximas, lo que lo convierte en un fármaco -como tantos otros- potencialmente muy peligroso. De hecho hay países que han disminuído drásticamente las dosis recomendadas de uso.
Los
ciudadanos tampoco hemos sido suficientemente advertidos del peligro del abuso
de este fármaco tan extendido, porque el
negocio se protege a sí mismo. Abusar
de esta droga legal en la infancia
puede ser muy nocivo para la salud y para el estado del hígado del niño.
Recordemos que el estado del hígado influye muy notablemente en el resto del
organismo.
Pero hoy en día, no
todos los niños reciben paracetamol cuando tienen fiebre. El uso de Ibuprofeno (Dalsy®) es también algo habitual. Debemos decir que se trata de un fármaco antiinflamatorio con serias
repercusiones gastrointestinales, que no siempre se mencionan a la hora de
recetarlo. Lea el prospecto. Debemos tener mucho cuidado con su uso y utilizarlo lo menos posible,
como todos los fármacos. Este presenta tantas reacciones adversas y
contraindicaciones, las cuales incluso aparecen reflejadas de modo detallado en
el prospecto como una maniobra de defensa legal por parte del fabricante. Así, no podremos
denunciarles después, ¡porque ya estábamos advertidos de los riesgos que
entrañaba su uso!. ¿Cuántos padres son conscientes del riesgo de esas
advertencias, y comprenden realmente los riesgos a que están sometiendo a sus
hijos?... Una consecuencia fatal de su uso nunca aparecerá en las estadísticas médicas -tal como sucede con los muertos por las vacunas- salvo que sea algo masivo
como fue la “Talidomida".
Etc, etc...
"Este libro recoge los métodos naturales -mediante hidroterapia- que la humanidad usó con éxito durante milenios para controlar y corregir los estados febriles. Enseña a comprender que ellos son el esfuerzo restaurador del organismo para quemar los agentes infecciosos que proliferan en un medio interno tóxico.
Controlar el "incendio" de la fiebre para que no afecte neurológicamente al paciente, y sí para que le sane y resuelva el proceso infeccioso, tal como los científicos mas avanzados están proponiendo en la actualidad como función de la fiebre: función curativa. Por eso hablan de que abortarla muy temprano es un error.
Y si la sabemos encauzar, podemos librar a nuestros hijos y familiares de muchos problemas posteriores que los fármacos no vienen sino a tapar o enmascarar. Encauzar y controlar son los términos que más bien deberíamos emplear ante la presencia de la fiebre. Hay que encauzar la fiebre para derivarla a la piel y sacarla así al exterior para que no dañe y sí, en cambio, nos purifique. La fiebre forma parte de ese comportamiento correcto del organismo para combatir el estado de acidez o toxemia que permite proliferar a los gérmenes, preexistentes en todo momento y lugar. Da igual lo que nosotros pensemos de ella, o el miedo que le tengamos a su manifestación. La fiebre es una crisis curativa, y hay que saber manejarla de acuerdo a su función natural."
Carlos de Vilanova